En efecto,
es perfectamente demostrable que todo individuo que defiende continuamente la
verdad y vive su día a día en base a este maravilloso principio, cueste lo que
le cueste, termina venciendo todos los males, tentaciones y ofuscaciones que le
acechan e intentan hacerle caer.
Cuanto
mayor énfasis y envergadura adquiere la presencia de la mentira, más clara,
poderosa y resplandeciente se hace la verdad con la que aquél cuenta para
combatirla. Asimismo, la simplicidad y la transparencia con la que la verdad
siempre se manifiesta es tan potente que dejará eternamente en evidencia y
fuera de lugar a cualquiera que actúe con una absurda complejidad premeditada o
tergiversación intencionada ante la vida pensando que su malvada actitud de
manipulación le llevará a conseguir lo que se propone, valiéndose de ese
perecedero y condenado mal que supone la mentira.
Es por ello
que, independientemente de lo que opine la mayoría, verdad sólo hay una, y ésta
posee un sólo camino a través del cual uno mismo es incapaz de perderse. Lo que
ocurre es que precisamente es la mayoría la que permanece embriagada,
atolondrada y seducida por ese continuo uso de la mentira que hace que
absolutamente todos los que caen en sus redes vivan una vida inmersa en un
laberinto de caminos inciertos que sólo conducen al engaño y a la perdición.
Muy cierta
parece ser entonces aquella frase que D. Antonio García Palao dejó tan grabada
en mi memoria que quise inmortalizarla en mi libro "BUSCABAS EN LUGAR
EQUIVOCADO", dándo comienzo a uno de los capítulos que se hallan en él:
"LA VERDAD
SIEMPRE TIENE VIDA.
LA MENTIRA... NUNCA SOBREVIVE".
“BUSCABAS EN LUGAR EQUIVOCADO”
José
María Zaragoza
No hay comentarios:
Publicar un comentario